
Finca Río Negro se une a la élite de los Vinos de Pago en España
Finca Río Negro ha hecho historia al convertirse en la primera bodega de Guadalajara reconocida como Vino de Pago, la máxima distinción de calidad en España. Desde un enclave privilegiado a mil metros de altitud, la familia Fuentes ha sabido transformar un viñedo aislado en una referencia del vino de altura. Tradición, identidad y excelencia definen este proyecto que hoy entra en la élite del panorama vitivinícola nacional.
En un pequeño rincón de la Sierra Norte de Guadalajara, a más de mil metros de altitud, se elaboran algunos de los vinos más singulares del panorama vitivinícola español. Finca Río Negro, el proyecto que la familia Fuentes puso en marcha hace más de dos décadas en Cogolludo, acaba de recibir el reconocimiento como Vino de Pago, una categoría reservada para aquellos vinos que expresan con absoluta fidelidad el carácter único de su origen. Con esta distinción, otorgada por la Comisión Europea y respaldada por la Unión Europea como sello de calidad, Finca Río Negro se sitúa entre una élite muy reducida: solo 26 bodegas en toda España ostentan hoy este reconocimiento, y ninguna otra en la provincia de Guadalajara.
Más que un viñedo: un compromiso con la tierra
El carácter de Finca Río Negro no se entiende sin su ubicación extrema. Situada a 1.000 metros de altitud, en uno de los terruños más elevados de la Península Ibérica, la finca desafía los límites tradicionales del cultivo de la vid. Su aislamiento de otras denominaciones de origen y la complejidad de sus suelos aportan a sus vinos una personalidad irrepetible. Esta singularidad es, precisamente, la esencia del concepto de Vino de Pago, que exige que la elaboración y crianza se lleven a cabo íntegramente en la propiedad y con uvas procedentes exclusivamente de sus viñedos.
La visión de una familia
El proyecto comenzó con una hectárea experimental y el sueño de José Manuel Fuentes, convencido de que Cogolludo —donde la tradición vinícola se remonta a siglos atrás, con vinos que llegaron a servirse en la corte— merecía recuperar su lugar en el mapa enológico. Lejos de buscar fórmulas inmediatas, la familia optó por observar, aprender del suelo y del clima, y adaptar el viñedo a este ecosistema tan particular. Hoy, la finca cuenta con 44 hectáreas de viña: 35 dedicadas a variedades tintas y 9 a blancas. Siempre bajo procesos artesanales, con una mirada puesta en el respeto al entorno y a la identidad del paisaje.
“Nos decían que estábamos locos cuando hablábamos del potencial de este terroir. Ahora es un orgullo vincular a Guadalajara y, sobre todo, a un pequeño pueblo como Cogolludo, con vinos que han alcanzado el máximo reconocimiento de calidad en España”, ha afirmado José Manuel Fuentes, fundador de la bodega.
Vinos que hablan de altitud y origen
Desde que en 2010 se lanzó la primera añada de Finca Río Negro 2007 —que obtuvo 92 puntos en la Guía Peñín—, la bodega ha desarrollado una gama de vinos que no ha dejado de recibir el aplauso de la crítica especializada. El 5º Año, el más exclusivo de la casa; 992, en referencia a la altitud de las parcelas con las que se elabora; Gewürztraminer, el blanco aromático que sorprende desde estas latitudes; y Cerro del Lobo, un syrah de producción limitada que representa la máxima expresión de la variedad en este enclave.
Hoy, los vinos de Finca Río Negro se comercializan en 18 países, y continúan obteniendo altas puntuaciones en las principales guías nacionales e internacionales. Pero más allá de los números, este Vino de Pago es el reflejo de un compromiso sostenido: una forma de entender el vino como cultura, legado y conexión profunda con la tierra.