Rioja, más allá de la viura

Rioja, más allá de la viura

20 de julio de 2022 0 Por Jose Peñín

En los últimos años, la calidad de los blancos riojanos ha mejorado más por el interés que se han tomado los bodegueros que por el progreso vegetativo de la técnica y mejor preparación de los enólogos. Ahora bien, en su historia desde comienzos del siglo XX, la viura como casta hegemónica en La Rioja, ha atravesado toda una serie de vicisitudes poco conocidas que conviene revelar.

Según el Catastro de 1977, hasta 1935 el cultivo de uva blanca en La Rioja era muy importante, pero cayó en picado después de la guerra civil. El tinto llegó a consagrar el vino-tipo de La Rioja vinculado a las crianzas en ese estereotipo de viejas barricas con telarañas.

En los años sesenta se llegó a primar con 5 pesetas por cepa la plantación de viura por su mayor rentabilidad, no tanto por su consumo como blanco, sino por ser un moderador del tinto en la mezcla. En cambio, la garnacha blanca y malvasía quedaron reducidas a un viñedo residual.

Esta ayuda aceleró el cultivo de la viura hasta el punto de retirarse la subvención 10 años más tarde. Esto produjo una nueva caída de la producción, de modo que en una ocasión se tuvo que autorizar la importación de vino blanco catalán al limitar su cultivo a tan solo 2.500 hectáreas para toda la DO.

Hay un más allá de la viura

La viura ha sido la reina indestructible del blanco riojano. Su capacidad de mejorar con la crianza es evidente y la historia riojana está surtida de varios ejemplos. Para lograr con esta cepa vinos frescos de alto copete, es necesario recurrir a bodegueros con mucho músculo mental para extraer más valores de esta uva que suelen estar agazapadas al ofrecer fácilmente un elevado rendimiento que todo lo aplana.

No son muchas marcas capaces que alcanzar la gloria con esta variedad si no está acompañada de otras. Esas “otras” pueden ser la malvasía, maturana blanca, garnacha blanca y tempranillo blanco.

Tanto es así, que en los dos últimos años van apareciendo vinos con el perfil multivarietal fermentados en barrica que proporciona complejidad, volumen y persistencia de sabores, alejándose del estereotipo de los envejecidos y los jóvenes afrutados, en su mayoría sin gracia.

En paralelo, algunas variedades foráneas como verdejo, sauvignon blanc y chardonnay que, en un principio, se vieron como una intromisión, se van añadiendo tímidamente para rellenar huecos sensoriales donde la viura no llega.